lunes, 19 de diciembre de 2016

LEDA

Estaba casada con Tíndaro, rey de Esparta, y su matrimonio discurría con normalidad y sin sobresaltos. Al menos, hasta que se presentó ante la bella Leda un no menos hermoso cisne. La joven esposa se dejó embelesar con la graciosa ave, que en realidad era la apariencia que el astuto Zeus eligió adoptar. La pareja no tuvo hijos, sino huevos: cuatro, para ser más exactos, que al abrirse dieron vida a Cástor, Pólux, Helena de Troya y Clitemnestra.

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