El rey Agenor de Fenicia estaba muy orgulloso de la belleza
y de los muchos dones de su hija Europa, tantos que llegaron a oídos de Zeus.
Convertido en toro, el dios del Olimpo arremetió contra el grupo de jóvenes
doncellas que rodeaban a Europa en su baño, para luego llevársela hasta la isla
de Creta montada en su lomo. Allí, Zeus y Europa vivieron un apasionado romance
y de su unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamanto, quienes
llegarían a ser jueces de los infiernos
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