El mito de la sucesión comprende, en sentido estricto, la vida de Urano, Crono y Zeus, los tres sucesivos ocupantes del trono de los dioses. Urano odia a los hijos que va engendrando en su madre la Tierra y los oculta en los abismos de
ésta, por lo que la Tierra, dolorosamente distendida en sus
entrañas, apela a sus hijos y los incita contra su padre, maquinando una
emboscada contra él. Los cinco mayores, empavorecidos, nada responden; pero
Crono, el menor (que, a su vez, será también destronado por el más joven de sus
hijos), le promete su ayuda. Su madre le entrega una hoz dentada que ella misma
ha fabricado, con la que Crono, aprovechando el momento en que Urano, que ha
llegado trayendo consigo la noche, está extendido en amorosa unión sobre la
Tierra, le corta a su padre los órganos genitales, empuñando la hoz en la mano
derecha y sujetándose los miembros con la izquierda. La castración de Urano
resulta fecunda. Las gotas de sangre que manan de la herida caen sobre la
Tierra, que las recibe y engendra tres grupos de seres: las Erinies, los
Gigantes y las Ninfas Melias. Las Erinies o Furias, las diosas encargadas de
castigar sobre todo a los parricidas. Su aspecto es horrible, con cabellera de
serpientes y blandiendo en las manos látigos que son también serpientes. El
segundo grupo de seres que brotan de las gotas de sangre de Urano es el de los
Gigantes, seres colosales, de poder semejante al de los dioses, pero mortales
en todo caso. El último grupo es el de las Ninfas Melias. Por su nombre parecen
ser ninfas de los fresnos, o bien de los árboles en general, semejantes a las
Dríades. Pero mucho más importante es otra consecuencia directa de la
castración de Urano: sus órganos genitales caen al mar, vagan flotantes durante
largo tiempo, y junto a ellos se forma una blanca espuma, brotada de los
miembros inmortales, sobre la que a su vez se forma o emerge una joven que será
nada menos que la excelsa diosa del amor y de la belleza, Afrodita o Venus.
Una vez mutilado Urano por su
hijo Crono, éste ocupa el poder supremo e imita a su padre, pero con mayor
dureza aún hacia sus hijos, a los que devora conforme van naciendo. Así sucede
con los cinco primeros; pero cuando está a punto de nacer el último, Zeus, su
madre Rea, que estaba desolada, pide ayuda a sus padres, Urano y Gea, quienes le
aconsejan que se vaya a Licto, en Creta, para dar a luz al más joven de sus
hijos. Así lo hace Rea y, después de dar a luz a Zeus, lo esconde en una
profunda cueva del monte Egeo, y a Crono le da a comer, en lugar del niño, una
piedra envuelta en pañales. La crianza de Zeus tiene lugar en Creta, protegido
por los Curetes, que ejecutan armados ruidosas danzas para que el llanto del niño
no llegue a oídos de Crono. Zeus va creciendo en Creta y, una vez llegado a la
edad adulta, consigue que Crono vomite a sus hermanos. Libera también Zeus a
los Cíclopes y Hecatonquires que, encadenados por su padre Urano, permanecían
todavía en las entrañas de la tierra. Y a continuación, inducido por Gea,
emprende Zeus, juntamente con sus hermanos, y con la ayuda, al parecer, de
algunos otros dioses. Los Titanes luchan desde el monte Otris; los Crónidas,
desde el Olimpo, con lo que parece Hesíodo dar a entender que las batallas
tendrían lugar en la llanura tesalia que se extiende entre ambas montañas. La
lucha dura diez años, hasta que al fin la intervención de los Hecatonquires,
que se sabía sería decisiva según la profecía comunicada por Gea a Zeus (Zeus
los libera derrotando a Campe que era su carcelera) la disputa se resuelve a
favor de Zeus, que depone del trono a su padre y le sucede en el gobierno del
mundo, que conservará ya a perpetuidad. Crono y los otros Titanes son
expulsados del cielo y encadenados y encerrados bajo la custodia de los
Hecatonquires en las profundidades de la Tierra, en el Tártaro, tan distante,
por debajo, de la tierra, como ésta del cielo.
Aquí os dejamos unos videos sobre zeus para que os paseis a verlos
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