jueves, 16 de febrero de 2017

1.- MATAR AL LEÓN DE NEMEA

En la zona de Nemea existía un enorme león que aterrorizaba a sus habitantes. Su piel era tan gruesa que no había arma capaz de penetrarla. Hércules intentó abatirlo usando su arco y sus flechas, un garrote hecho de un olivo y una espada de bronce, pero fue inútil ya que todas se quebraron. Entonces el héroe decidió arrinconar al animal taponando las entradas del lugar donde vivía y se enfrentó a él en un terrible combate cuerpo a cuerpo durante el cual consiguió estrangularlo con sus fuertes brazos.
No obstante, para poder degollarlo necesitó la ayuda de la diosa Atenea, la cual le informó que debía utilizar para tal empeño las propias garras del la bestia. Gracias a ello, Hércules cubrió su cuerpo con la piel del león a modo de armadura utilizando la cabeza como un yelmo.

Hércules llevó los restos del león a Micenas para que los viera el rey Euristeo, pero este se asustó tanto al verlo que le prohibió presentarse de nuevo ante él y le ordenó que mostrase las pruebas de sus futuras victorias desde fuera de la ciudad.

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